Más allá de “Frankenstein”: La vida y obra de Mary Shelley

arte por: Lorena Bracho

La vida de Mary Shelley estuvo marcada por la pérdida desde su nacimiento, el 30 de agosto de 1797, ya que a los diez días de este, su madre falleció debido a fiebre puerperal, como complicación del parto.

Hija de la escritora y feminista Mary Wollstonecraft (Vindicación de los derechos de la mujer, 1792) y el filósofo y político William Godwin (An Enquiry Concerning Political Justice), fue una escritora, dramaturga, ensayista, poeta y biografa británica, figura central en el romanticismo inglés y una de las más influyentes de su tiempo.

Cuando tenía cuatro años de edad su padre se volvió a casar con Mary Jane Clairmont, con con quién siempre llevo una relación tensa y conflictiva, y ya tenía dos hijos: Charles y Claire, a los que dio preferencia por encima de Mary y Fanny, las hijas de la difunta esposa de Godwin.

Aprendió a leer y a escribir en casa, además de tener acceso a la vasta biblioteca de su padre y a las conversaciones que éste mantenía con personajes como Wordsworth, Coleridge, Lamb, etc. Todo esto contribuyó a estimular su imaginación y a reforzar su inclinación por la ensoñación:

«… mis sueños me pertenecían por completo; eran mi refugio cuando estaba aburrida, mi mayor placer cuando me encontraba bien»

escribió en su introducción a la edición de 1831 de Frankenstein.

En 1812, de regreso de un viaje a Escocia, conoce a Percy Bysshe Shelley durante una cena celebrada en casa de Godwin, a la que el poeta había acudido acompañado de su mujer, Harriet Westbrook. Poco tiempo antes éste había escrito una carta de presentación al padre de Mary en la que se reconocía discípulo del filósofo. Dos años después, Shelley frecuentaba a diario la casa de los Godwin y acompañaba a Mary en sus paseos a la tumba de Mary Wollstonecraft, ante la cual se declararon su amor mutuamente. Godwin, al tener noticia de la relación, la desaprobó, a pesar de que se presume que Percy le ayudó con sus deudas por un tiempo, ya que contaba con una buena posición económica familiar, misma que perdió gracias a sus ideales políticos y filosóficos, a lo cual contribuyó su huida con Mary.

En junio de 1814, los dos se fugaron a Europa, acompañados por Claire Clairmont, la hermanastra de Mary. Este acto fue escandaloso y dañó sus reputaciones, especialmente la de Mary, debido a las normas sociales de la época sobre el matrimonio y la moralidad, además enfrentaron dificultades financieras.

Tuvieron cuatro hijos, tres murieron prematuramente, su hijo Percy Florence fue el único que sobrevivió. La muerte de su madre, los hijos perdidos, el abandono que sintió por parte de su padre cuando era niña y el deseo de devolver a la vida a su madre y a su prole, pudieron influir en la creación y desarrollo de Frankenstein, una de las obras literarias más importantes del siglo XIX.

En el verano de 1816, los Shelley se reunieron con Lord Byron y otros amigos en la Villa Diodati, cerca del lago de Ginebra. Fue durante este verano que Mary concibió la idea de su famosa novela “Frankenstein o el moderno Prometeo”. La historia, nacida de una apuesta para escribir el mejor cuento de terror, reflejaba sus propias preocupaciones sobre la creación y la responsabilidad. Fue inspirada en una pesadilla y las discusiones que habían tenido sobre los avances científicos y la naturaleza de la vida. Es considerada la primera novela de ciencia ficción moderna y que logra inaugurar el género. Fue publicada en 1818.

Su hermana Fanny Imlay se suicidó el 9 de octubre de 1816, se dice que también estuvo enamorada de Percy Shelley. La primera esposa de éste, Harriet, se suicidó en diciembre de 1816, lo que permitió a Percy y Mary casarse oficialmente poco después, sobre todo porque querían tener la custodia legal de los hijos de éste, de su primer matrimonio, aunque al final no lo lograron, este hecho ayudó a suavizar las tensiones con sus familias y legitimar a sus hijos.

El 8 de julio de 1822, Percy Shelley murió en un naufragio mientras navegaba en el golfo de La Spezia, Italia, su muerte dejó a Mary devastada, pero también la motivó a dedicarse a preservar y promover su legado literario. Ella editó y publicó muchas de sus obras póstumamente, asegurando su lugar en la historia literaria.

Consagró su vida a la literatura y al cuidado de su único hijo vivo, Percy Florence, cuando este se casó, se mudó con él y su esposa hasta el final de sus días. Respeto y honro el recuerdo de Shelley, se negó a contraer nuevo matrimonio alegando que tras haberse casado con un genio, sólo podría casarse con otro.

 

En la obra completa de Mary Shelley aparece un pensamiento profundo, una crítica a la sociedad de su época, al modelo político, a la revolución industrial y a la revolución científica imperante; y también (obviamente, siendo hija de Mary Wollstonecraft) al patriarcado del momento.

Su vida fue marcada por las pérdidas y la tragedia. Se centró en lo cotidiano y en las pasiones humanas –más que en la razón– y defendió el derecho a la educación como motor de un futuro más igualitario. Por ejemplo en Mathilda (1819-1959) donde refleja la desigualdad del patriarcado y de la familia burguesa, o Lodore (1835), en la que surge la idea de la importancia de la educación.

Otras de sus obras son; las novelas históricas Valperga (1823) y Perkin Warbeck (1830), la novela apocalíptica El último hombre (1826), Falkner (1837) entre otras.

Murió a causa de, un tumor cerebral, el 1 de febrero de 1851. Tras su fallecimiento, cuando sus allegados revisaron sus pertenencias encontraron, envuelto en seda y junto con el poema de Percy B. Shelley ”Adonais”, el corazón del que había sido su esposo y mentor. Tal vez lo conservó en espera de que, algún día, un Victor Frankenstein de carne y hueso le devolviera su latido.

Su obra ha sido objeto de innumerables estudios y adaptaciones, consolidándola como una de las figuras más importantes de la literatura inglesa. Frankenstein sigue siendo una obra fundamental para el estudio del Romanticismo, el gótico, la ciencia ficción y el feminismo, y su legado como escritora y pensadora persiste hasta nuestros días.

Bibliografía